miércoles, 2 de diciembre de 2015

COPA DEL REY DE AEROSTACIÓN 2015 - ARANJUEZ (MADRID)

El pasado fin de semana (27 a 29 de noviembre) se ha celebrado en la localidad madrileña de Aranjuez la XVIII edición de la Copa del Rey de Aerostación. 



El Real Sitio de Aranjuez está ligado a la historia de la aerostación en España pues fue en esta villa donde el francés Charles Bouche  realizó el primer intento de volar en este tipo de artefactos, el 6 de junio de 1784, resultando herido al desplomarse el globo cuando iniciaba el ascenso.






Como los globos necesitan un clima muy estable para volar se suele iniciar la travesía a primera hora de la mañana, antes de que el sol caliente la tierra y el viento comience a cambiar.




El recorrido depende del viento y las corrientes de aire por lo tanto no es posible determinar con antelación el sitio exacto de su aterrizaje. 






La prueba se disputó en la modalidad de "liebre". Los participantes deben arrojar un testimonio sobre una diana que previamente ha colocado un globo encargado de guiar a los competidores durante el recorrido.





























































Gana el globo que deje su testigo mas cerca de la diana. La precisión es importante pero también lo es la velocidad ya que hay un límite de tiempo para efectuarlo. Sumando el puntaje de las cinco pruebas que se realizan se determina quien es el vencedor. En este caso el ganador fue José María Lladó.









jueves, 19 de noviembre de 2015

LUGARES DE LA BATALLA DEL JARAMA






Madrid, febrero 1937. Un grupo de jóvenes amigos, adolescentes del barrio de Embajadores, decidieron que ya tenían edad suficiente para poder ayudar al Gobierno de la República. Sin decírselo a sus familias,  acordaron marchar a la mañana siguiente al frente mas próximo a Madrid, en el valle del Jarama. Cogieron un autobús hasta Morata de Tajuña para ponerse a disposición del ejercito popular.
Cuando sus padres se dieron cuenta de lo sucedido, resolvieron ir a buscarlos para "traerlos de las orejas". Aquello no era un juego de niños. 
Uno de aquellos chicos era el hermano de mi madre, mi tío Rafael y uno de los padres mi abuelo Aniceto.
Efectivamente, lo sucedido en la Batalla del Jarama fue algo muy serio y no apto para frivolidades. Hoy he pisado algunos de los sitios donde se desarrollaron los hechos de tan sangriento episodio de la Guerra Civil.
El primer lugar que he visitado es el "monumento" en recuerdo del batallón británico, personalizado en la figura del irlandés Kit Conway, perteneciente a la recién creada XV Brigada Internacional.



El "monumento" es un simple muro de piedra a cuyo pie se ha instalado una placa recordando a Kit Conway y a los 200 brigadistas británicos que murieron en la batalla. Por desgracia gente poco respetuosa ha pintado de rojo la placa que originariamente llevaba los colores de la bandera republicana. Alrededor de la placa hay depositados multitud de restos encontrados por los alrededores: latas, metralla, peines de fusil, etc.


Justo enfrente del "monumento" conmemorativo esta la causa del mismo: "Suicide Hill". Este pequeño montículo fue defendido por los británicos del avance de las tropas Regulares de Franco que habían cruzado el puente Pindoque, parando el avance de las tropas nacionales. De la dureza del combate da cuenta el nombre asignado por los británicos.



Del batallón británico solo 125 hombres sobrevivieron de los 400 destinados en la colina. Era su bautismo de fuego y parece que el armamento del que disponían no era compatible con la munición.  Es de sobra conocido el bloqueo de los países vecinos al Gobierno de la República con la escusa de la neutralidad, por lo que la procedencia del armamento era muy variopinta.


Entre campos de olivos se encuentran una serie de construcciones que usaron ambos bandos para asentar sus posiciones en torno a la carretera de Morata a San Martín de la Vega.


Este es un nido de ametralladoras del bando nacional. Su parte frontal acaba en pico a diferencia de los del bando republicano que son cuadrados.


Tiene ademas un su parte posterior un pequeño muro que protege la puerta de entrada al recinto para salvaguardarla de posibles explosiones.


Este otro puesto, del bando republicano es de forma cuadrada con una puerta en la parte posterior y sin muro protector.


Sobre el terreno siguen apareciendo restos de aquellos días que la gente va depositando en los muros que aún están en pie. Latas de conserva (hechas en España las nacionales y en Noruega las de las Brigadas Internacionales), de leche condensada, vidrios de botella, etc.


Entre puesto y puesto serpentean lineas de trincheras que comunican unos con otros. Estas se encuentran sin cuidar y en sus estado natural, pero aun con el paso de los años son fáciles de distinguir.


Algunas construcciones fueron usadas en los años posteriores como refugio de pastores y se modificaron para su ampliación o mayor comodidad. En este caso se le ha añadido una pequeña torre en la parte superior.


Este es su aspecto en la actualidad, pero cuando se construyeron su profundidad era de unos tres metros y tenían un falso suelo construido con tablones de madera que evitaba, en caso de lluvia, que los soldados estuvieran con los pies en el suelo.


En su interior solía haber cuatro personas: dos tiradores y dos municioneros  y la tronera al frente aunque también se iban abriendo, según las necesidades, a ambos lados.




Aquí aparece la marca de una caja de municiones con letras  en ruso usada por las Brigadas Internacionales.



Se puede observar una de las troneras laterales realizadas con posterioridad para dominar mas campo de observación.



 Este curioso insecto palo quiso acompañarme en la visita.





En 2006, cumpliéndose el 70 aniversario de la batalla, se inauguró en el llamado Cerro de Casas Altas (aunque en los registros del ayuntamiento de Morata figura como Cerro de la Iglesia), el denominado "Monumento a la Concordia", obra del escultor canario Martín Chirino, residente en Morata de Tajuña.




Al acto asistieron 36 brigadistas, que a duras penas lograron subir la cuesta que lleva a la cima del cerro, donde está colocado el monumento, que representa un puño frenado por una mano. 




En la base del monumento se pretendía  colocar una placa por cada uno de los países que integraban los voluntarios de las Brigadas Internacionales, pero parece que la misma noche de la inauguración aparecieron pintadas con el yugo y las flechas e igual que en el pequeño recuerdo de la Colina del Suicidio, cubierta de pintura, por lo que solo se colocó una: la de los voluntarios de Uruguay.


A los pies del monumento y rodeando el cerro, serpentean numerosas lineas de trincheras, algunas de las cuales han comenzado a ser limpiadas y acondicionadas para que se puedan  visitar en un futuro próximo.


Ademas de las trincheras, el cerro está plagado de refugios antiaéreos, algunos con techado de ramas y maderas, de los que solo queda el orificio en el suelo y otros excavados en las laderas del cerro.


El único al que me atreví a entrar era precisamente el que aparentemente tenia el acceso mas difícil y escondido, pero Alex, mi acompañante de Morata se lo conoce al dedillo.


Después de entrar a gatas por un pequeño orificio un largo pasillo se interna en las entrañas del cerro.


Este un realmente un lugar seguro.


Otro tipo de construcción de las que todavía quedan restos son los parapetos. Generalmente tanto los nidos de ametralladoras como los parapetos estaban situados al final de una linea de trincheras y comunicados unos con otros.



Cada parapeto tiene cuatro posiciones de tirador, separadas de dos en dos por un muro, con su correspondiente tronera y espacio para cuatro municioneros.



Los olivos fueron testigos de tan infaustos acontecimientos.









miércoles, 14 de octubre de 2015

EL MODERNISMO EN MADRID


EL MODERNISMO EN MADRID





El Modernismo madrileño es un gran desconocido. Seguramente porque Madrid no es un centro creador y original, como París, Bruselas, Viena, Barcelona e incluso la menos conocida Riga.
En Madrid el Modernismo tiene un carácter mas decorativo que estructural. En este periodo de tiempo, en nuestra ciudad predomina la arquitectura historicista y ecléctica, así como la de hierro y cristal, propia de la arquitectura industrial.
El periodo modernista en Madrid se inicia entre 1896 y 1904, época en la que se construye el Palacio Longoria, sede de la S.G.A.E., teniendo su apogeo entre 1905 y 1914, periodo de la casa Pérez Villaamil, superviviendo hasta 1920, fase en que se construyó el Hotel Reina Victoria.
En este breve recorrido pretendo dar a conocer algunos de los edificios que pueden englobarse dentro de este atractivo movimiento que en los últimos años del siglo XIX y primeros del XX promovió una nueva arquitectura frente a otras tendencias dominantes. En Madrid se construyeron en aquellos años edificios en la linea del Art Nouveau francés o belga , del Secesionismo austriaco o del Modernismo catalán, aunque en la mayoría de los casos, el Modernismo madrileño en los edificios se limita a la presencia de ciertos elementos decorativos o se mezcla con estilos historicistas.
Iniciaremos el itinerario en el centro de la ciudad, junto a la Plaza Mayor, en la que podíamos denominar "Manzana Roca".




Entre la Plaza y la Cava de San Miguel y la calle Maestro Villa se levantan una serie de edificios construidos entre 1905 y 1911 por Vicente Roca Carbonell bajo el mecenazgo de la Duquesa de Fernan Nuñez para viviendas en alquiler.




En el número 4 de la Plaza de San Miguel se empezó a construir el primer edificio en 1905. Se inspira en el Modernismo catalán, con las ménsulas que sujetan los balcones incorporadas al ornamento del balcón inferior,así como los dibujos de la rejería. En el chaflán hay una columna de miradores con ventanas de hierro.


  
El año siguiente, 1906, se comenzó la construcción del edificio que hace esquina a la Cava de San Miguel y la calle Maestro Villa, en la misma linea estilística que el anterior, con una columna de miradores de hierro en el chaflán y ménsulas en la balconada.



En mitad de los dos anteriores se construyó en 1908 un nuevo edificio, con el que Roca intento dar una unidad de estilo al conjunto, manteniendo balcones y miradores con pequeñas variaciones en la decoración geométrica y vegetal estilizada. 




A escasos metros de estas edificaciones de encuentra el Mercado de San Miguel, de 1916 que pertenece a la arquitectura de hierro muy en boga en la época, obra del arquitecto Alfonso Dubé y Díez y que incorpora algún elemento modernista en los capiteles de las columnas y las marquesinas superiores.



Saliendo de la Plaza de San Miguel en dirección a la calle Mayor, nos encontramos en el número 59 un edificio obra del arquitecto Jesús Carrasco-Muñoz Encina, que se decantó por la opción modernista dentro de las variantes eclécticas. Fue mandada construir por el farmacéutico Roberto Moreno Villena, que viviría en el primer piso y era propietario de la famosa Farmacia de la Reina Madre (que hace referencia a Isabel de Farnesio, segunda mujer de Felipe V) trasladada a dicho edificio desde la vecina calle de Sacramento. 



En el singular al alzado de la fachada, el protagonismo recae fundamentalmente en los miradores, dos de fundición y uno, el central, de fábrica.



El modernismo de esta obra reside además de en el cuidado diseño de hierros y molduras y detalles decorativos renovadores(como los nidos de golondrinas) que muestra una evidente vinculación con algunas corrientes internacionales que recuerdan el estilo Secesión vienes.


Eduard Ferrés y Puig y Manuel Alvarez Naya son autores del curioso edificio situado en la calle Señores de Luzón 9.(1911-12) Estos arquitectos, que intervinieron también en el Hotel Palace, firman esta singular obra del Modernismo madrileño.




El primero es el autor de los planos dejando la dirección de obra para el segundo, que seguramente introdujo el mirador curvo, no presente en el proyecto original de la obra.




La original fachada sobresale por su esquema, propio de la Secesión vienesa, casi precursor del art deco y por el delicado tratamiento de los elementos decorativos, como las pilastras de orden gigante, las rejerías y los esgrafiados del remate almenado, poco habituales en Madrid.


Esquina a las calles Milaneses y Mayor, se encuentran dos edificios, con la extraña curiosidad de que uno envuelve al otro. En el edificio "envuelto", el arquitecto Joaquín de la Concha remodela la decoración del inmueble (1914) colocando en los miradores barandillas en forma de abanico y cenefas en los marcos de las ventanas. 


El edificio "envolvente", que se asoma en su fachada mas extensa a Milaneses y en otra mas estrecha a Mayor, fue construido para don Manuel Alonso también por Joaquín de la Concha aunque en un estilo mas historicista, pero con miradores y formas curvas en la decoración de los balcones.




Seguramente el paradigma que resume la forma de asumir el Modernismo en la arquitectura madrileña se encuentra en el edificio de la antigua sede de la Compañía Colonial, en la calle Mayor 16. Los arquitectos Miguel y Pedro Mathet, padre e hijo, realizan entre 1906 y 1909, el embellecimiento de un edificio preexistente adecuándolo al nuevo lenguaje decorativo.


Además de la reforma interior,los arquitectos realizaron una fachada nueva relacionándola directamente con la función comercial del inmueble. Sobre un edificio de composición simétrica propia del eclecticismo se concretan una serie de detalles ornamentales modernistas.


La Compañía Colonial fue una boyante empresa dedicada a la elaboración de chocolate y a la importación de productos ultramarinos (cacao te, café y azúcar) materias que aparecen en torno al Mercurio que preside la hermosa puerta central.


Los productos de la compañía también aparecen representados en los paneles cerámicos de la última planta, que contienen las flores del te, del cacao y del café. Los azulejos fueron realizados por el famoso ceramista Daniel Zuloaga.























La decoración original solo subsiste en el zaguán, la rejería de la escalera, las carpinterías y sobre todo en las delicadas vidrieras de puertas y vanos, vinculadas al taller Maumejean, que destacan por la moderna aplicación de esmaltes delimitados por filamentos metálicos.







La gran diversidad de huecos de la fachada y la sinuosidad de los motivos vegetales empleados confieren al edificio un aspecto claramente vinculado al art nouveau.
















Todas estas peculiaridades justifican que el Ayuntamiento concediese en 1908 el premio al edificio mejor construido.


Edificio Compañía Colonial

Avanzando hacia la Puerta del Sol, nos encontraremos en el número 5  de Mayor el edificio Ruiz de Velasco, construido para esta familia de empresarios textiles por Francisco Andrés Octavio Palacios, encargándose de la fachada José López Sallaberry. Ambos arquitectos trabajaban habitualmente para el Ayuntamiento.




En el se instaló el negocio familiar, introduciendo en el primer piso, mas alto, los escaparates donde se exhibían los productos de la empresa. El resto del edificio estaba dedicado a viviendas de lujo.





Sallaberry da al edificio un aire mas Modernista dotándolo de elementos al uso: flores, curvas, nervaduras entrelazas, vanos asimétricos, etc; aunque los balcones con panza y la balaustrada evoca mas el estilo neo-barroco.





Francisco Reynals Toledo realiza en 1908, por encargo del médico Juan Horma un edificio en la calle de la Cruz 16, de acuerdo a las formas decorativas del arte nuevo.





Dentro del periodo tardo-modernista,se puede incluir el hotel Reina Victoria en la plaza de Santa Ana. 
El edificio fue proyectado por Jesús Carrasco-Muñoz y Encina, y encargado por la Sociedad Castañer, propietaria de los almacenes Simeón, que situó en la planta baja y primera su local comercial y los talleres en la planta alta, dedicando el resto del edificio a alquilarlo como vivienda. 
La construcción sufrió numerosos retrasos administrativos por lo que se demoró de 1919 a 1923.
En su construcción se combinó el empleo de hierro y hormigón armado, inspirado en otros edificios similares de Antonio Palacios (autor del Palacio de Comunicaciones en la Plaza de Cibeles) para locales de grandes almacenes madrileños.




Se pueden observar las pilastras gigantes adosadas al edificio pero con un resalte en su parte superior para dar la impresión de ser mas pequeñas y ventanas de tipo inglés. Destaca también el torreón que combina lineas curvas y rectas a modo de contraste.




La bola que remata el torreón tenia luz en su interior y ejercía a modo de faro como reclamo publicitario.





Otro edificio fruto de un modernismo tardío está situado en la calle Atocha 47. Aunque su apariencia exterior concuerda mas con el Modernismo, al ser su fachada asimétrica, se trata solo de una decoración superficial sobre un edificio ya existente.



En 1914 Joaquín de la Concha efectuó el proyecto de reforma de la fachada por encargo de alguien llamado Vicente López, de quien no hay mas datos.






Seguramente el edificio de uso doméstico de Madrid al que se puede incluir con mas propiedad en el movimiento modernista es la casa Pérez V illaamil.
Situada en la Plaza de Matute 12, este edificio inspirado en el art nouveau de Bruselas reune todas las características propias del estilo.




Su diseño se debe a Eduardo Reynals y Toledo (1906) y fue un encargo del ingeniero Enrique Pérez Villaamil que habitó la casa en los dos pisos superiores, unidos entre si por una escalera privada.
Reynals se rodeó de un equipo de artistas, que se encargaron de cada una de las partes del edificio.







El enrejado de la puerta principal, el diseño de forjas y farolas del interior de cada planta, así como los frescos de los muros fueron encargados a la casa Watteler, el escultor Salvador Llongarríu se encargó de la decoración aplicada a la arquitectura, el herrero José García-Nieto López fue el encargado de la forja artística, el ebanista Antonio Maldonado para la carpintería interior, interviniendo además las firmas Maumejean en las vidrieras y Gouze en el ascensor.













Este edificio cumple con la idea de movimiento, como si fuese un ser vivo, que está en el fondo del pensamiento modernista, que considera a las casas como un elemento orgánico.





La conocida como Casa de los Lagartos es uno de los edificios mas singulares de Madrid. Situado en la calle Mejia Lequerica 1,en su extraña estructura debido a lo especial del solar en la que debía ser construido,pues tiene once veces mas de largo que de ancho, Benito González del Valle diseño en 1911 una obra muy particular, según las directrices del estilo vienes.






Destinado a viviendas de alquiler, su autor creó un muro de lineas curvas, con bandas esgrafiadas que decoran la fachada y unos sorprendentes lagartos que se encaraman a la cornisa como si intentaran llegar a la azotea.


Las inusuales proporciones del solar obligaron a situar la escalera principal en el centro con dos únicas viviendas en cada una de las cinco plantas, locales comerciales en los bajos y dos estudios en la azotea



El edificio construido por la Sociedad Constructora Cuesta y Larrea, carece de patios interiores y todas las estancias, baños y cocinas incluidos, están abiertas al exterior a través de un gran número de ventanas.





La actual sede de la Sociedad General de Autores y Editores S.G.A.E. se encuentra ubicada en el Palacio de Longoria, en la calle Fernando VI. Se construyo entre 1902 y 1904 por el arquitecto José Grases Riera por encargo del financiero Javier Gonzalez Longoria.




El arquitecto trabajó con libertad absoluta creando una edificación muy próxima al modernismo catalán, pues no en vano fue compañero de Gaudi, convirtiéndose en el ejemplo mas relevante del movimiento modernista en Madrid.


La novedosa fachada está construida en piedra artificial, de formas suaves  y en la que la decoración va enlazando sus elementos unos con otros.



En el interior brilla con luz propia la escalera imperial, inspirada en el modernismo francés y con barandilla de forja, así como la puerta de entrada.


A la escalera la corona una cúpula de hierro y vidrio, obra de la casa Maumejuan, con estructura nervada en forma de estrella que se apoya en soportes de hierro.






Algunas de las mas destacadas colonias de viviendas unifamiliares construidas en la periferia de Madrid entre finales del siglo XIX y principios del XX, tales como el Madrid Moderno, la Colonia de la Prensa y la Ciudad Lineal contaron con apreciables detalles modernistas, aunque en la mayoría de los casos hoy no se conservan.
La conocida asociación entre el arte modernista y la idea de  modernidad solo dejó leves acentos en el Madrid Moderno (1890-1906)en el que solamente los hoteles edificados después de 1904 están decorados con gusto art nouveau.





Madrid Moderno es un antecedente histórico a la Ciudad Lineal,siendo idea, en 1890, del abogado Mariano Santos Pinela que junto al empresario Julian Martín planean la edificación de poco mas de medio centenar de pequeños hoteles adosados, solicitándole la construcción al arquitecto Mariano Belmas Estrada estrecho colaborador de Arturo Soria.





En lo que en esa época era el pueblo de Carabanchel, se construyeron a principios del siglo XX una serie de hoteles denominados Colonia de la Prensa, con el fin de pasasen allí las vacaciones periodistas y escritores.
Así, la agrupación de profesionales de la prensa "Los Cincuenta", acogiéndose a la legislación de 1911 de casas baratas, encargan su construcción a Felipe Mario López Blanco que lleva a cargo las obras entre 1913-1916.



Se  promovieron en su construcción dos tipos de construcción, bajo el ideal de una casa tranquila alejada del centro de la ciudad.


El urbanista Arturo Soria, como forma de resolver los problemas de higiene, hacinamiento y transporte que atenazaban a las ciudades de la época, ideó su famosa Ciudad Lineal.
Para ello creo la Compañía Madrileña de Urbanización (CMU), que compró terrenos en la parte norte de Madrid, en una zona a la que aún no había llegado la especulación ante un posible desarrollo de Madrid.



Aunque la mayoría de las construcciones de la Ciudad Lineal no prestaban mucha atención a los aspectos ornamentales,el arquitecto principal de la CMU, Marcos Bausá,surtió de detalles art nouveau a importantes hoteles como la Villa Rosario (Arturo Soria 65).


En su momento de mayor difusión en la Ciudad Lineal(de 1906 a 912),el modernismo se extendió a todo tipo de viviendas, desde las mas modestas a las mas lujosas y a la mayoría de los acabados decorativos de las fincas, especialmente a las rejerías. 


Villa Rubín, residencia de la familia de Arturo Soria